El PVA se utiliza de manera segura en el embalaje de alimentos gracias a sus propiedades de barrera y cumplimiento regulatorio. Forma películas transparentes e inodoras que bloquean el oxígeno y los aromas, preservando así la frescura de los alimentos. La FDA 21 CFR 173.230 aprueba el PVA para contacto directo con alimentos, mientras que las regulaciones de la UE (EC 10/2011) certifican sus límites de migración. Las películas de PVA solubles en agua son ideales para el embalaje de dosis únicas de detergentes y aditivos alimentarios, disolviéndose completamente en agua sin dejar residuos. La resistencia de la película de PVA y su resistencia al calor (hasta 120°C) la hacen adecuada para envases retort, mientras que su inocuidad asegura la seguridad en las películas comestibles para envolver caramelos y queso. Además, las propiedades antiempañamiento del PVA mantienen los productos empaquetados visibles y frescos bajo refrigeración.